martes, 17 de agosto de 2010

Libertad de expresión e internet: Nuevos desafíos

Sin internet en Venezuela la libertad de expresión se vería mucho más comprometida. Las acciones tomadas por el Gobierno Nacional como las páginas de internet con información cambiaria que fueron bloqueadas, la arremetida contra el portal Noticiero Digital, el juicio contra 2 twitteros, alarman a los usuarios que día a día se conectan para recibir y transmitir mensajes libremente. A pesar de la brecha digital que existe en Venezuela, el uso de internet supera los 8 millones 700 mil internautas (casi 31% de penetración del servicio); son usuarios ávidos de información. Aunque las limitaciones de la libertad de expresión en internet son pocas, la intención de limitarla existe y es bastante fuerte.

Con una nueva esfera pública en la cual miles de personas expresan opiniones, información, reflexiones y análisis a través de la red, ha generado una comunicación más transparente, directa y democrática que se está efectuando en el país y en diferentes partes del mundo. Una esfera pública que favorece al desarrollo de la democracia permitiendo que cada persona sea participe en los distintos hechos y toma de decisiones de una comunidad, región o país. Sin embargo, si dicho espacio es restringido se rompería con uno de los principios fundamentales de vivir en un país libre.

Haciendo un poco de contexto, un informe presentado por Google refleja que la censura en internet ha crecido paulatinamente en el mundo durante los últimos años, ahora son más de 40 países que restringen y prohíben páginas y contenidos que circula en la red. Un ejemplo de censura digital es el que se produce en China, el gobierno tiene bloqueados portales de las organizaciones humanitarias, los de grupos tibetanos en el exilio y los de medios. No están disponibles redes como Twitter, Facebook o el portal de videos de Google, YouTube. Difícil de imaginar aquí en territorio venezolano, pero posible. No obstante la reacción de los cibernautas no se quedaría atrás, provocaría un rechazo rotundo.

Inimaginable porque la red social que ha tenido mayor impacto en el país: Twitter, se puede apreciar, según referencias de Twitter-Venezuela, que el promedio de tweets es de 110 mil por día, con más de 130 mil cuentas. Partiendo de un caso más especifico, en una entrevista al periodista y bloguero Luis Carlos Díaz, uno de los tuiteros más antiguos de Venezuela, dijo que actualmente publica entre 30 y 40 mensajes por día, a su parecer un promedio bajo. (Si quieres conocer las cifras del perfil del venezolano en facebook pulsa aquí. )Twitter y Facebook se han convertido en una herramienta importante en la lucha por la libertad de expresión en el país, sobre todo a aquellos que no están de acuerdo con las políticas del gobierno venezolano.


Concretamente qué se está haciendo para proteger la libertad de expresión en internet. Estamos en una sociedad basada en la información y el conocimiento gestionados por las nuevas tecnologías, una cibersociedad. Aquí en Venezuela estamos en una constante guerra de información, existen dos bandos: oficialismo y opositores. Cada uno favorece a su lado, utilizan las herramientas tecnológicas para defender lo que creen. Cada usuario de internet se ha dedicado a funcionar como portavoz de información, de generar contenidos, las minorías se están convirtiendo en mayorías, grupos menos favorecidos participan en debates sobre sus problemas e inquietudes, están usando de manera más amplia las técnicas digitales; garantizando que hayan más servicios abiertos de información y difusión y que el derecho al acceso de información sea reconocido ampliamente como un derecho humano básico. Nuevos desafíos que está viviendo el cibernauta venezolano.

Tengamos claro que la libertad de expresión no es un derecho absoluto, existen regulaciones que protegen a los ciudadanos. Sin embargo, dicha regulación no debe alcanzar niveles exacerbados que pongan en peligro el tan preciado derecho humano. ¿Qué le espera a los venezolanos? El futuro es incierto, pero la oposición pide al poder oficial que cesen las agresiones a los medios de comunicación que no comparten su postura. Por otra parte, el Gobierno asegura que  jamás han existido opresiones a la libertad de expresión o a la  libertad de prensa y las sanciones que se han realizado cuentan con una base bien justificada.

“Proclamo en voz alta la libertad de pensamiento y muera el que no piense como yo”
“No estoy de acuerdo con lo que dices pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo”
“Detesto lo que escribes, pero daría mi vida para que pudieras seguir escribiéndolo”




 http://es.globalvoicesonline.org/2010/08/05/festival-de-blogs-venezuela-la-libertad-de-expresion-en-internet/

miércoles, 11 de agosto de 2010

Creando nuestro currículo


Inmediatamente después de la primera clase con la profesora Raisa Urribarri corrí a abrir mi Facebook y twitter y revisé todos los comentarios, twetts y fotos en las que me encontraba. Aunque no era mucho, me preocupaba algo que antes no lo había pensado: todas las redes sociales que uso para comunicarme se han  convertido en nuestra carta de presentación. Es nuestro currículo digital.
Otro día cuando me encontraba twiteando, me llamó la atención que mi primo estaba entusiasmado porque había llegado a los mil twetts.  Yo ni siquiera llegaba a cien, menos aún con la selección que había hecho días antes. Revisando sus twetts podías encontrar cosas como: escuchando a Lady Gaga, comiendo galletas Oreos, fastidiado, aburrido, con ganas de rumbear y muchas otras cosas de la vida cotidiana. Le dije que teníamos que cuidar todo lo que escribíamos, ahora nosotros construimos nuestro currículo a través de internet.
Todas estas inquietudes se acentuaron a partir de la celebración del Foro “Medios Digitales, Redes y Ciudadanía”. Uno de los invitados, Luis Carlos Díaz, actualmente coordinador del Área de Comunicación y Redes del Centro Gumilla en Caracas, nos decía que una excelente referencia sería que a la hora de postularnos para un trabajo, lleváramos como referencia a nuestros seguidores o que si nos llegan a googlear encuentren a una persona interesante, inteligente, profunda y más.
La respuesta de mi primo fue que sólo los comunicadores sociales tenían dicha responsabilidad, que cómo los periodistas viven de que los lean, ellos son los que deben vigilar lo que escriben.  Algo de cierto y errado en su respuesta, todos debemos crear una carta de presentación digital, por decirlo así, estamos en la era cibernética, todos utilizaremos y necesitaremos de las herramientas tecnológicas.
El rol de los comunicadores sociales se ha transformado, como dice Luis Carlos “el periodista no va a desaparecer, debe tener la capacidad de adaptarse y usar las nuevas técnicas digitales para ejercer su profesión” o como dice Mark Briggs en su libro Periodismo 2.0  “el descubrimiento obvio es que hay vida más allá del texto impreso y que la habilidad para producirlo no será suficiente para sobrevivir en el entorno digital”.
                                                                                                            
La elección que hicimos al estudiar periodismo nos haría la tarea más fácil, en teoría. “Si usted ama el periodismo, tiene que amar el tener más herramientas a su disposición y más interacción con su audiencia y la proximidad de la desaparición de las tradicionales restricciones de tiempo y espacio”. (Mark Briggs, 2007).

Primeros pasos cinematográficos

Sombras de un secuestro

Con doce voces y múltiples ideas comenzó la primera experiencia cinematográfica para los estudiantes de Comunicación Social del Núcleo Universitario “Rafael Rangel” de la Universidad de los Andes. Una travesía nada fácil, con dificultades semejantes a las que se le pueden presentar a directores de cine de gran trayectoria, salvando las distancias. Ponerse de acuerdo doce personas que plasmaban historias a la misma vez fue lo más difícil, elegir una idea en la que estuvieran todos de acuerdo fue una misión casi imposible.

Entre ideas locas y recatadas se fue formando una historia simple y original, una trama que salió de la boca de cada uno de nosotros y que incorporó elementos, por mínimos que fuesen, de todos. Resultó un híbrido: con un poco de misterio, suspenso, drama y locura. La historia va así, una joven víctima de un secuestro tendrá que vivir hechos inesperados en un espacio físico repugnante en el que sólo contará con sus vivencias, experiencias y conocimientos acumulados a través de su vida, que se verán entremezclados con la fantasía. Ahora ¡¿Cómo la recrearíamos en imágenes?! 

Cuando digo que los problemas que se presentaron son semejantes a los de cualquier proyecto cinematográfico, lo sustento con los inconvenientes logísticos, técnicos y económicos que tuvimos que enfrentar. Organizar los escenarios, los actores, cámaras y adaptarnos en las funciones que cada uno tenía que asumir fue una tarea ardua. El trabajo de preproducción, que por falta de experiencia y organización, quedó inconcluso acarreando consecuencias el día de la grabación del cortometraje.

Sin dar vuelta atrás, un sábado “bien temprano” comenzamos a filmar. Que los doce estudiantes estuviéramos todos reunidos, con los actores, cámara y utilería alcanzó la hora del almuerzo y con el imprevisto de que no teníamos el escenario para grabar las primeras escenas. Un obstáculo que gracias a nuestra querida profesora de Metodología de la Investigación fue resuelto.
Eso no fue todo, el cuarto oscuro y con olor a humedad que nos imaginábamos que estaría la secuestrada no existía. Con la ayuda irreemplazable de un compañero de carrera contamos con una casa para grabar. Llegar al sitio de grabación tardaba unos treinta minutos, montados en la parte trasera de un jeep subimos unas de las montañas trujillanas, los movimientos en curva que hacía el vehículo provocó nauseas y mareos en algunos compañeros. 

Cada quien se fue ajustando a una tarea específica y otros no, el director, su asistente, el camarógrafo, la guionista y los actores fueron claves para que el cortometraje saliera a flote con todo éxito. En un día todo estuvo grabado, unas tomas mejores que otras pero que resaltaban un trabajando que realizamos en equipo y disfrutado cien por ciento. ¿El trabajo terminado? No. 

La edición fue bastante frustrante, las escenas fuera de foco, con poca luz, oscuras totalmente, mal sonido no fueron inconvenientes para que nuestro amigo Juan realizara un trabajo de edición aplaudible logrando exhibir un proyecto cinéfilo aceptable y todos estuvimos orgullosos por el resultado. Un trabajo que nos enseño lo que no se debe hacer y lo que se debe mejorar, servirá de ejemplo y experiencia para los que dedicarán su carrera al séptimo arte. Un resultado que gustó a unos y a otros no pero que refleja nuestra responsabilidad por sacar algo único e interesante.

Mariangela, Viviana, María Concepción, Onelsy, María Liliana, José A, Diego, Brigitt, Rosmary, Isabel, Orlando y Euped. Grupo de estudiantes de Comunicación Social que estando en tercer año de la carrera realizaron un cortometraje para la Cátedra Audiovisual.