lunes, 21 de febrero de 2011

Opinión

Jorge Julio Mejía Mejía, director del Programa por la Paz del Cinep

“La violencia en nuestra sociedad se volvió un espectáculo”

“Ser periodista es el mejor oficio del mundo” dice Gabriel García Márquez. Una afirmación en la que estoy totalmente de acuerdo, sin embargo llegar a ejercer la profesión periodística en estos momentos se ve algo oscuro. No quiere decir que otras épocas fueron fáciles pero esta es la época que conozco y donde futuramente voy a ejercer la carrera periodística.

La violencia, la inseguridad, las leyes prohibitivas a la libertad de expresión, entre otros problemas, han provocado el surgimiento de organizaciones que se preocupan por su nación y por los procesos de conciliación. Tal es el caso  del  Programa por la Paz del  Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep), dedicada a la protección de los derechos civiles, sociales y humanos de Colombia.
El sacerdote jesuita, Jorge Julio Mejía Mejía, director del Programa por la Paz del Cinep, estuvo de visita en Trujillo, muy cortésmente aceptó la invitación para hablar sobre Comunicación para la Paz en la sala Charles Chaplin de Carmona, sede de la Universidad de los Andes Núcleo Universitario “Rafael Rangel” (Nurr).

La charla estuvo dirigida a los estudiantes de Comunicación Social del Nurr. El padre Jorge Julio Mejía contó sobre una periodista colombiana que por demostrar la falsedad de un comunicado del ejército colombiano, fue perseguida e intimidada hasta que se refugió en el Programa por la Paz. Allí le ofrecieron seguridad y asesoría de como debía actuar en esos momentos. Con dicho relato, Mejía demostraba  la situación  que se vive al ejercer un periodismo ético y responsable en Colombia, además de la labor que hace Cinep, que cumple  con los objetivos que se plantearon  “contribuir a la generación y a la formación de una paz duradera, justa y estable en el país”.

¿Y si nos vamos al otro extremo? Aquel extremo donde los periodistas usan la violencia como un arma para ganar audiencia. Aquel extremo donde usan la tragedia de un ser humano para tener más seguidores. Aquel extremo donde el lamento desolador de una madre que llora por la pérdida de su  hijo es motivo de un trabajo mediático.

Como dice  Jorge Julio Mejía Mejía, “la violencia en nuestra sociedad se volvió un espectáculo” y para mí, es importante cosechar un consejo que el padre jesuita dio. “Insisto, antes de ejercer la profesión, revisar qué tipo de ser humano soy. Si no hemos desarrollado nuestra condición humana, crearemos conflicto”.


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